El sector cree que sufrirá competencia desleal y reclama más regulación
El sector hotelero madrileño se mostró este viernes rotundamente en contra del Decreto que prepara la Comunidad de Madrid para regular la actividad de plataformas como Airbnb, Homeaway o Booking, y que también impondrá normas a los propietarios que pretendan alquilar viviendas para uso turístico por no exigirles una licencia turística. "No es posible que nosotros suframos más de 400 normas al mismo tiempo y a los propietarios se les diga que solamente tienen que disponer de agua fría y caliente, calefacción, extintor y señalización de emergencia", manifestaba Gabriel García, presidente de la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid (AEHM), que aglutina a buena parte de los hoteles de cuatro y cinco estrellas de la capital y muchos otros de una, dos y tres estrellas.
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García recordó a este periódico que a los hoteles, hoy en día, "se nos vigila hasta por el tipo de tejidos que utilizamos en las habitaciones". "Cada año nos llegan modificaciones legales más exigentes que cumplimos sin objeción porque entendemos que Bruselas apuesta por la calidad y nosotros, a su vez, queremos que Madrid se distinga precisamente por ella". Mientras, el borrador de Decreto que prepara Cifuentes, conocido el pasado jueves, "otorga a los propietarios los mismos derechos" que al sector hotelero "pero en ningún caso los mismos deberes" ya que no tendrán que contar con ninguna licencia turística.
En este sentido, el también vicepresidente de Cehat, la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos, censura que la futura norma madrileña "se limita a dar por válido todo lo que quede registrado", en referencia al hecho de que los propietarios deban contar con un visado expedido por un técnico; y a que tengan que comunicar a la Policía la identidad de sus inquilinos. "Con eso prácticamente les bastará para desarrollar la actividad con total normalidad" gracias a un Decreto que va a facilitar "que una vivienda se convierta en cinco pisos distintos de uso turístico".
El texto tampoco gusta en absoluto a una de las patronales más representativas del sector, la Alianza por la Excelencia Turística Exceltur, que, si bien el viernes no se posicionó oficlamente contra el borrador conocido el jueves, ya había hecho saber a el Economista su "disconformidad" con un Decreto que entienden "ultraliberalizador" y contrario al ordenamiento de la actividad.
La reacción que llega desde el Colegio Profesional de Administradores de Fincas de Madrid (CAFMadrid) tampoco es precisamente positiva. A juicio de su vicepresidente, Apolonio Dorado Muñoz, las comunidades de vecinos no se tienen que ver en la tesitura de "prohibir" la actividad de pisos para alquiler turístico en sus edificios, tal y como refleja el borrador del Gobierno madrileño, sino que más bien deberían tener competencias "para autorizar" un uso que ni es ni turístico ni residencial, sino más bien de carácter "terciario". Este experto advierte de que la intención del Ejecutivo de Cifuentes de permitir que un 75% de las viviendas de un bloque puedan destinarse al alquiler turístico es, en realidad, "una limitación demasiado permisiva" que puede "obstaculizar la convivencia" en el seno de esas comunidades.
Ese problema también es citado por Gabriel García, quien cree que hay barrios que "no pueden más" ante la proliferación de este negocio, que a su vez provoca masificación. En ese sentido, García cree que Madrid puede perder la calidad que ha ido ganando en los últimos años. "Hace dos años el turismo nacional era el responsable del 70% de las visitas a Madrid, y ahora el extranjero supera por primera vez en cuota", asevera. Es algo que ha provocado un aumento de ingresos, una ventaja competitiva que se puede dar la vuelta si la oferta de bajo coste sigue proliferando.